También el Parque de la Conservación invita a las personas para que se abstengan de comprar fauna silvestre a la orilla de las carreteras.
Esta solicitud se realiza porque todos los años se observa un incremento en el número de los animales adquiridos por los turistas y llevados a las grandes ciudades como Medellín, donde se enfrentan a situaciones que les producen estrés, enfermedades y, en la mayoría de los casos, la muerte.
Guacamayas, micos titíes, perezosos, loros, pericos y monos aulladores rojos son las especies más traficadas, tanto que su disminución en la naturaleza ya preocupa a instituciones y biólogos en diferentes regiones del país.
La permanencia de las especies silvestres en sus diversos ecosistemas es un compromiso que involucra a todos los sectores de la sociedad.