El Parque de la Conservación, trabaja bajo los cinco (5) dominios del bienestar animal (WAZA Animal Welfare Strategy, 2015): Nutrición, Entorno, Salud física, Conducta y Estado mental.
Para lograr los mejores estándares de bienestar contamos con:
El equipo de nutrición animal: suple las necesidades alimenticias de los individuos según las características fisiológicas y biológicas de cada especie.
El equipo de medicina veterinaria: se encarga de velar por la salud física de todos los individuos, a través de sus programas de medicina preventiva y curativa.
El equipo de biología: realiza la curaduría de la colección de fauna
y flora, y se preocupa por cumplir con las necesidades biológicas y cognitivas de todos los individuos, mediante programas de enriquecimiento y condicionamiento animal.
Los animales que se encuentran fuera de su hábitat natural pueden sufrir de estrés debido a diversos factores ambientales y etológicos, es por ello, que el Parque dentro de su programa de bienestar animal, desarrolla actividades de enriquecimiento ambiental, este es un concepto que describe cómo el entorno de los animales en cautiverio puede cambiar para su beneficio, mediante la adición de una serie de estímulos que mejoran sus comportamientos naturales, en algunos casos su reproducción y su calidad de vida. Y en el Parque de la Conservación cumple con los siguientes objetivos:
- Aumentar la diversidad de comportamientos en los animales.
- Reducir la frecuencia de comportamientos anormales.
- Aumentar conductas naturales de comportamiento.
- Aumentar la interacción de los animales con el medio ambiente.
- Generar y proporcionar las cinco libertades del bienestar animal.
En el Parque de la Conservación se implementan diferentes tipos de enriquecimiento, que se catalogan de la siguiente forma:
Incluyen todas las actividades que fomentan un vínculo entre los animales o entre animales y humanos. Se realizan mayormente con especies sociales de aves y mamíferos con el propósito de conformar grupos sociales y mantener la estabilidad de los mismos. También se realizan periódicamente sesiones de entrenamiento con refuerzo positivo (condicionamiento operante) que estimulan mentalmente a los animales y permiten optimizar algunas prácticas de manejo veterinario.
Se trata de prácticas de manejo de dietas orientadas a fomentar comportamientos alimenticios naturales en los animales. En esa categoría se incluyen, por ejemplo, la variación del horario y la frecuencia de alimentación, el ocultamiento o reubicación de los alimentos en lugares novedosos del recinto, o el ofrecimiento de nuevas propuestas alimenticias.
Incluye todos los objetos o características del recinto de cautiverio que no son manipulables por el animal, como troncos, plataformas, lagos, cascadas, rocas, y cuevas, entre otros. Estos elementos deben ir acordes con las necesidades de cada especie y a sus hábitos de actividad.
Incluye todos los objetos o características ubicados en el recinto donde habita, que pueden ser manipulados por el animal, como llantas, troncos, juguetes y pelotas.
La disposición de estos elementos debe ir acorde con las necesidades de cada especie y en concordancia con sus hábitos de actividad.
En ocasiones el enriquecimiento de dieta se combina con el enriquecimiento mueble, experiencia que se conoce con el nombre de “puzzle feeder” (alimentador en rompecabezas).
La manipulación de esos objetos por parte del animal le ocasiona un desafío motriz y mental que lo induce a obtener una recompensa en forma de alimento y genera comportamientos naturales de alimentación similares a los registrados por la especie en estado salvaje, lo que a su vez incrementa la actividad física que realiza el animal.
Incluye todos los objetos o actividades que estimulen los sentidos del animal, como la instalación temporal de espejos, la reproducción de sonidos naturales o la ubicación de objetos con esencias en el hábitat.
